Aunque la mayoría de las personas responderían que la piel del oso polar es blanca, la realidad es que ésta es negra y que los pelos que la cubren son transparentes. ¿Qué explicación podríamos darle a esto?
El pelaje de un oso polar parece blanco porque tiene muchas diminutas burbujas de aire para su aislamiento. Esas burbujas de aire, dispersan la luz que llega y hacen que el pelaje parezca blanco. Las fibras del pelaje en sí carecen de color.
No sólo son transparentes, sino que son huecos, el aire que se queda dentro y entre los pelos constituye un excelente aislante debido a su bajo calor específico; el aire atrapado entre el pelaje se calienta rápido por el calor desprendido por el cuerpo del oso y éste queda rodeado de una 'nube' de aire que retiene ese calor y aísla el cuerpo del exterior.
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